EL CFO y su rol en la reestructuración de la planificación financiera en tiempos de COVID-19

Por: Ana Cristina Álvarez

Licenciada en Contaduría Pública con trayectoria profesional en gerencia de negocios, finanzas corporativas, análisis económico – financiero. Docente universitaria y facilitadora responsable de la formación académica en el área de ciencias económicas y empresariales.

CFO por sus siglas en inglés, significa Chief Financial Officer, se traduce como Director(a) Financiero(a), que se encarga de la planificación económica y financiera de la empresa: es quien decide sobre las inversiones, las fuentes de financiación y mide el riesgo, con el objetivo de conseguir acrecentar el valor de la empresa para sus propietarios, ya sean accionistas o socios, aportando el conocimiento y mejores prácticas en economía, contabilidad, finanzas y visión analítica del negocio, asesorando asuntos estratégicos, revelándose como máximo responsable de la gestión y dirección de la entidad.

Es la persona encargada de la gestión financiera de la empresa, cuyas funciones se basan en:

  • Planificar, organizar, ejecutar y controlar la información económica.
  • Considerar los protocolos financieros.
  • Determinar las políticas estratégicas y de operación.
  • Facilitar las relaciones múltiples de causa-efecto entre las diversas variables que intervienen en un proceso para la toma decisiones de negocios.

¿Por qué reestructurar la planificación financiera?

Existe la necesidad de reestructurar y replantear [privado] todo el protocolo, las políticas estratégicas y de operatividad de los negocios, así como las decisiones a considerar, producto de la pandemia surgida por el COVID-19.

La realidad es que se han ido produciendo una serie de sucesos consecutivos y correlacionados a gran escala, iniciándose con la interrupción o paralización de las actividades en las empresas, fraccionamiento de las actividades entre esenciales y no esenciales, presentación masiva de cierres temporales y liquidaciones definitivas en empresas, solicitudes para refinanciación de deudas, aplazamientos y moratorias, cambios en lugares del trabajo, entre otros.

Por lo que la adaptabilidad y la flexibilización deben ser las premisas fundamentales para realizar dicha reestructuración, considerando la capacidad de ajuste y transformación ante esta situación de incertidumbre que permanecerá en un corto y mediano plazo.

La idea es continuar y mejorar la implementación de las medidas de bio seguridad laboral necesarias para cada entidad, dependiendo el rubro al cual se dedican, luego valerse de la tecnología para activar al ciento por ciento (100%) el teletrabajo, la automatización y la gestión comercial.

De ahí que, hay que reinventar la gestión para la producción, distribución, comercialización y consumo en esta nueva etapa de normalización de la economía, replanteándose a su vez, las cadenas de suministro, desarrollando puntos de fabricación y/o abastecimientos alternativos, lo que podrá derivar en el incremento de los costos fijos y variables, pero que finalmente ayudará a mejorar la flexibilidad en caso de rebrotes o de consecuencias de la pandemia en ciertas localidades, como los bloqueo entre provincias, ciudades o países limítrofes.

Por ello, se hace necesario revisar lo previamente planificado, así como las previsiones que se habían realizado para este fin de año 2020 y lo que se estima o prevé para el año 2021, como las alteraciones en los ritmos de cobro y de pago, la producción y las ventas, configurando un nuevo escenario económico-financiero que hay que visualizar de la forma más objetiva y rápida posible para definir el conjunto de medidas a aplicar, proporcionando ventajas competitivas que le permitan mantenerse en el tiempo, para no pasar al listado de las entidades inactivas, con cierres definitivos o que varíen abruptamente su capacidad de estabilidad en el tiempo.

La reestructuración en la planificación financiera en tiempos de COVID-19 deberá incluir:

  • Optimización de recursos económicos vinculados a la organización: reducir gastos fijos, renegociar alquileres (de funcionamiento y de los depósitos), deudas y prestamos, reformular consumos básicos de energía, agua, telefonía y otros servicios complementarios, descender el ritmo de actividades y gastos no prioritarios, aprovechar nuevas y ventajosas líneas de crédito, medición del riesgo para evaluar la continuidad de las operaciones.
  • Realizar una estrategia de recuperación comercial: Partiendo de una matriz FODA, aprovecha las debilidades y amenazas para convertirlas en fortalezas y oportunidades. Emplea nuevas alianzas comerciales y reactiva las negociaciones con aquellas entidades que podrán recuperarse económicamente y que podrán apalancar a la empresa de cierta manera. Puedes revisar condiciones de venta, considerando a quién dirigir las ventas y las nuevas políticas de cobro a implementar, así como los pagos a proveedores y las condiciones de compra a las que se va a adherir la organización.
  • Perfeccione la administración del efectivo o cash flow y sus pronósticos: de manera eficiente y con maniobra de distintos escenarios simulados con condiciones cambiantes, dada la volatilidad y escenario disruptivo de hoy día. Implemente vías rápidas para obtención de liquidez y capital de trabajo, de manera se permita continuar con el curso normal de operaciones dada la optimización de recursos ya diseñada.
  • Evalúa la incorporación de la entidad en el E-commerce (mercado electrónico): Estudiando profundamente el mercado, los competidores y los interesados en las distintas plataformas virtuales que hoy se presentan y se han potenciado en esta pandemia. De manera, que se logre incorporar también en esta nueva modalidad de comportamiento organizacional; la idea es que sirva de soporte para que te lleve a valorar qué tareas, procedimientos, personas o departamentos necesitas adaptar, eliminar o introducir para asumir el nuevo reto.

Elegir adecuadamente el tipo de comercio electrónico que queremos implantar, qué plataforma es la que mejor se adapta a nuestros productos, cómo abordaremos la logística, la comunicación y en definitiva cómo integraremos el proyecto online dentro del plan de marketing de la empresa. Lo más recomendable será recurrir a los expertos, si no contamos con este perfil dentro de la estructura de la organización, habrá que buscarlo con entidades que ofrezcan outsourcing de servicios.

  • Sistematiza los procesos: En este sentido, es indispensable evaluar la capacidad de incorporar un ERP por sus siglas en inglés, significa Enterprise Resource Planning, lo que se traduce como Planificación de Recursos Empresariales, definiéndose como un conjunto de sistemas de información que permite la integración de ciertas operaciones de una empresa, especialmente las que tienen que ver con la producción, la logística, el inventario, la distribución, la contabilidad, entre otros aspectos.

El ERP funciona como un sistema integrado y aunque pueda tener en cuenta con varios módulos de funcionamiento (costos, logística, ventas, compras, tesorería, cuentas por cobrar, cuentas por pagar, etc.) es un todo que logra integrar las operaciones, es decir, es un único programa con acceso a una base de datos centralizada.

En este respecto, la organización podrá mantener sólo una base de datos que podrá utilizar en cualquier lugar y con fines de concentración de la información para un manejo y desarrollo efectivo de todos los procesos que se manejan y llevan a cabo diariamente, encadenado a un sistema de reporting que nos ayudará para realizar el análisis financiero pertinente.

  • Investiga sobre nuevas fuentes de inversión y apalancamiento: En este respecto se sugiere desarrollar una estrategia comunicacional con las entidades financieras y los diversos actores que han financiado a la organización, evaluando y desarrollando las opciones a las que puede optar la entidad, negociando los mejores términos con las partes interesadas. Implementando las medidas que mayor beneficio generen y controlando el seguimiento de las decisiones.
  • Realice un listado de nuevos productos a ofrecer: Como alternativa de venta y para adaptar su negocio a la economía de la pandemia, identificando al nuevo consumidor para reestructurar la cartera de productos y servicios.

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